martes, 31 de marzo de 2009

Sugerencias para las diferentes etapas

De 0 a 3 años: El bebé en sus primeros meses de vida depende exclusivamente de nosotros, no sólo para comer, dormir y vestirse, sino para comunicarse. Pasados los primeros tres meses de vida, somos nosotros con nuestras actitudes los que le iremos comunicando al bebé quién determina los tiempos de dormir, de jugar, de comer, etc. También irá decodificando el tipo de pareja que tienen sus padres, si están integrados o fracturados.Pongámonos de acuerdo.Enseñémosle a esperar.Tantos juguetes, logrará contactarse con alguno?Esa abuela que lo cuida, ¿continúa con los lineamientos de los padres?
De 3 a 6 años: Dediquémosle tiempo para jugar y charlar, enseñémosle que es en el seno familiar donde se resuelven las dudas los miedos y las dificultades.Mostrémosle que él también es responsable de algunas cosas en casa, no esperemos a la adolescencia para que se haga la cama, etc., en ese momento será más difícil.La escuela, será el lugar en donde este niño empezará a vivir en sociedad. Testeemos cómo lo hace. Es necesario integrar a la escuela en la alianza educativa. No mostremos fracturas con la institución.Comencemos a informar al niño sobre la diferencia entre lo nutritivo y lo tóxico, comenzando por los alimentos, las golosinas y las actividades en general.
De 6 a 10 años: En esta etapa comienzan a consolidarse y fijarse las normas de la familia en la psiquis del niño. Seamos lógicos, coherentes y constantes. No es necesario poner límites con violencia. El límite con amor es fundamental y efectivo. Veamos que el balance entre privilegios y responsabilidades sea viable. Si ponemos una penitencia, ¡cumplámosla!.Es importante familiarizarse con las amistades de nuestros hijos; el contexto social en algunos momentos será definitorio.La comunicación en esta etapa va cobrando aún mas relevancia. Es importante que nuestro hijo sepa que cuenta con nosotros. Escuchemos, transmitamos mensajes claros, seamos modelos del buen comportamiento, recordemos que la comunicación no es sólo verbal. Pensemos que la hora de cenar o de almorzar son espacios ideales para la comunicación, no los desaprovechemos mirando TV.
De 13 a 15 años: Muchos jóvenes comienzan en esta época a utilizar drogas. Conozcamos los amigos de nuestros hijos. Contrastemos la influencia del entorno, reforcemos normas y modelos a imitar.Expliquémosle que el efecto desfavorable de las drogas se ve con el tiempo. El uso de drogas es inmanejable, aunque hoy el mensaje social sea otro. Informémosles que es ilícito y que "no todos lo hacen".Enseñémosle a nuestro hijo a decir "no". Entrenemos situaciones supuestas en las que recibirá este tipo de propuestas y cómo hacer para rechazarlas sin sentirse un "tonto".Estemos atentos a sus actitudes: si estas comienzan a cambiar bruscamente, consultemos a un centro de rehabilitación.Estas actitudes podrían ser: llegadas tarde a casa, cambios de humor repentinos, dormir demasiado, cambiar de amistades, bajo rendimiento escolar, etc.
De 15 a 18 años: Adelante con los lineamientos. Van a surgir situaciones cada ves mas difíciles, ya que las horas no supervisadas cada vez son mayores. Estimulemos a nuestro hijo para que haga actividades de acción social, deportivas, culturales, es importante reducir el tiempo libre. El ocio debe ser creativo. Comuniquémonos con los padres de sus amigos, para así poder armar una red de contención.Estemos en comunicación con la escuela y procuremos que la Institución también esté interesada en la prevención del consumo de sustancias.

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